24/04/2025 - Edición Nº154

Junín

El aroma que anticipa al verano

Después de los tilos, en diciembre los ligustros en flor perfuman las calles de Junín

16/12/2024 | Estos árboles, fieles habitantes de las veredas y los jardines de la ciudad, regalan una experiencia sensorial que se convierte en una postal viva del verano que se asoma.



Junín, una ciudad que se despliega entre el verde y los atardeceres dorados, tiene un acompañante inconfundible en los primeros días de diciembre: el aroma embriagador de los ligustros. 

Estos árboles, fieles habitantes de las veredas y los jardines de la ciudad, regalan una experiencia sensorial que se convierte en una postal viva del verano que se asoma.

El ciclo comienza con los tilos, que en noviembre endulzan el aire con su fragancia suave y reconfortante. Pero cuando sus flores ceden el protagonismo, los ligustros toman la posta, llenando cada rincón de un perfume intenso, casi hipnótico. 

Sus pequeñas flores blancas, delicadas pero abundantes, parecen desbordar de cada rama, como si el árbol entero estuviera celebrando la llegada del calor.

Pasear por las calles de Junín en estas semanas es un deleite para los sentidos, que, además se entremezclan con la llegada de la Navidad y el Año Nuevo. 

El aroma de los ligustros acompaña a los transeúntes, con el canto de las aves. Es difícil resistirse a detenerse un momento, cerrar los ojos y dejarse llevar por ese perfume que, por un instante, parece abrazar la ciudad entera y traer el pasado por un instante.

El ligustro no solo perfuma; también embellece. Su presencia es un recordatorio de la naturaleza que se entrelaza con la vida urbana, haciendo que hasta la calle más transitada adquiera un toque de poesía. 

Además, para los habitantes de Junín, este árbol representa mucho más que una estampa bonita: es un símbolo de memorias compartidas. Quién no ha pasado una tarde de verano jugando bajo su sombra o disfrutando del aroma al regresar a casa después de una jornada calurosa.

Mientras diciembre avanza, las flores de ligustro comienzan a desvanecerse, pero su huella olfativa queda grabada en quienes la respiran. Es un recordatorio de que la naturaleza, con su ciclo eterno, siempre encuentra formas de cautivarnos. En Junín, el verano tiene un perfume propio, y ese perfume es, sin dudas, el de los ligustros en flor.