
Luego de cuatro años de incertidumbre y preocupación por la sequía, la Laguna de Gómez recuperó su esplendor a un año de quedar totalmente sin agua.
La reciente recuperación del nivel permitió que el Club Náutico Junín reactivara sus actividades, lo que trajo alivio y entusiasmo a los amantes de los deportes acuáticos de la región.
Los canales internos del club, que hasta hace poco estaban secos o con muy poca profundidad, hoy vuelven a ser navegables.
En este contexto, veleristas, kayakistas y quienes practican motonáutica ya comenzaron a disfrutar del renovado espejo de agua, también descendiendo desde otros puntos de la costa.
El regreso de las actividades también tiene un impacto positivo en el turismo y la economía local. Muchos visitantes llegan a Junín para disfrutar de la Laguna, lo que beneficia a comerciantes y emprendedores vinculados al sector.
Después de años de padecer la falta de lluvias y el impacto de una sequía histórica, la Laguna de Gómez muestra un renacer que entusiasma a vecinos, turistas y pescadores.
Según pudo constatar El Diario del Lunes en recorridas realizadas hasta ayer, entre fines de febrero y todo marzo, el agua avanzó unos 400 metros, cubriendo todo el largo del espigón y lo que antes eran grietas en la tierra y embarcaderos inutilizados.
El aumento del caudal transformó el paisaje y devolvió al espejo su esplendor característico. La postal es otra, y el optimismo crece en torno a la recuperación definitiva de este emblema natural del noroeste bonaerense, al igual que Mar Chiquita.
En los últimos 40 días, Gómez experimentó un crecimiento significativo, quedando a solo 10 centímetros de la parte superior del vertedero. De mantenerse esta tendencia, podría comenzar a drenar agua río abajo en los próximos días, mientras las compuertas permanecen cerradas.
Este repunte en el nivel hídrico está directamente relacionado con las intensas precipitaciones que se registraron en la región durante febrero y principios de marzo.
Entre el segundo y tercer mes del año, cayeron más de 350 milímetros de lluvia, lo que representa aproximadamente un tercio de la media anual.
Esta cantidad de agua fue clave para la recomposición del caudal y la revitalización del ecosistema, que había quedado gravemente afectado por la falta de lluvias desde diciembre de 2020.
La recuperación de Gómez, al igual que Mar Chiquita (río arriba) en Agustina, ya es visible a simple vista. En las últimas cuatro semanas, el agua avanzó más de 400 metros, alcanzando ya todo el perímetro del espejo de agua.
Además, un hecho simbólico marcó este proceso: por primera vez en más de tres años, una embarcación a motor volvió, a mediados de marzo, a navegar la Laguna, partiendo desde el canal del Club Náutico Junín.
La recuperación del nivel de agua renueva las expectativas del sector turístico y gastronómico local, que depende en gran medida del atractivo natural de la Laguna.
Después de un período marcado por la sequía y la preocupación, la Laguna de Gómez, ubicada en el partido de Junín, celebra la recuperación de su caudal, lo que permite el esperado regreso de los deportes náuticos.
Este espejo de agua, icónico en la región del noroeste bonaerense, había sufrido una importante baja en su nivel debido a la falta de lluvias y las altas temperaturas desde diciembre de 2020, impactando tanto en la actividad recreativa como en la economía local.
Entre abril de 2024 y lo que va de 2025, las lluvias sostenidas y el mejoramiento de las condiciones hídricas le devolvieron a la Laguna su esplendor, peró aún falta.
Esto generó entusiasmo no solo entre los aficionados de disciplinas como el kayak, el windsurf y el kitesurf, que fueron los primeros en entrar al espejo de agua, sino también entre comerciantes y emprendedores que dependen del turismo que este atractivo natural genera.
Hace más de cuatro años, Junín y la Región noroeste bonaerense comenzaron a vivir una de las peores crisis climáticas de su historia, que se empezaba a percibir con la bajante de las lagunas.
La sequía más severa jamás registrada no solo golpeó la actividad agrícola y ganadera, sino que dejó sin agua a la emblemática Laguna de Gómez, un ícono natural y cultural de la Región.
Diciembre de 2020 marcó el inicio de un período de lluvias extremadamente escasas, agravado por temperaturas récord y una evaporación acelerada que, además, dejó sin agua a otros reservorios de la cuenca del Río Salado.
La Laguna de Gómez, epicentro de la vida recreativa y turística de Junín, se secó por completo ya en febrero de 2024, dejando un paisaje desolador de grietas y sedimentos, además de distintos objetos, como barcos hundidos, al descubierto.
Actualmente, ese espejo de agua, al igual que Mar Chiquita, empezó a recuperar gran parte del caudal, gracias a las lluvias sostenidas de lo que va del año, que crecieron con respecto a los años anteriores.