
Una fiesta de 15 de la hija de un compañero de trabajo de una empresa de la ciudad de Junín se convirtió en el principio de una pesadilla que duró 732 días: estuvieron más de dos años acusados de haber abusado sexualmente de una mujer 11 años mayor con quien compartían tareas laborales.
La imputación para los dos jóvenes culminó esta semana, cuando escucharon de la voz del presidente de un jurado popular las dos palabras que más querían oír: “No culpables”.
“Es el primer veredicto de no culpabilidad en relación a una falsa denuncia en Junín”, le dijo a Infobae Agustín Almeyra, parte del equipo de defensores de los jóvenes que llegaron en libertad al debate ante el Tribunal Oral Criminal N.º 1 de Junín, a cargo del juez técnico Esteban Melilli, y donde enfrentaban cargos con penas de 8 a 20 años de prisión.
Según la causa, todo comenzó la madrugada del 11 de diciembre de 2022, cuando dos jóvenes, que ahora tienen 24 años, llegaron a la fiesta, donde estaba la mujer de 35, junto a su pareja y varios de sus compañeros de trabajo.
Ya de madrugada, la denunciante discutió con su pareja, incluso contaron los testigos que antes de irse del lugar el hombre la amenazó: “Sé dónde vivís”. Ella regresó a la fiesta.
En el baño, se encontró con una compañera de trabajo y le habló de la pelea con su novio. “Me voy a vengar de él”, le soltó antes de dar un portazo y regresar al salón donde, incluso, quiso besar al padre de la adolescente que festejaba su 15, en base a lo que surgió en el juicio.
La fiesta siguió y la denunciante se acercó a donde estaban los acusados. Se sentó en la falda de uno de los dos y les propuso hacer un trío. Cuando se terminó la fiesta, cerca de las 6, el conductor que estaba en su auto con el restante joven, le preguntó si necesitaba que la llevan a su casa, pero ella les respondió que mejor seguir escuchando música en otro lado y tomar algo. Fueron a la casa de uno de ellos.
"Y se fue con ellos a pasar ‘la noche’“, resumió el letrado y enumeró que la denunciante regresó a su vivienda pasadas las 15 porque dijo que despertó a las 13, que no sabía donde estaba y chequeó su GPS y le pidió a su mamá que le solicite un taxi. Ese auto lo perdió y consiguió otro. “Se fue de la casa de uno de los jóvenes después de dos horas despierta. Vivía a cinco minutos de allí”, añadió.
El 31 de marzo de 2023, la mujer presentó la denuncia contra los dos jóvenes compañeros de trabajo por lo que había sucedido tres meses y 20 días antes, cuando se fueron juntos de la fiesta de 15.
Los fiscales Esteban Perdernera y Pamela Ricci fueron los que llevaron la acusación en el juicio por jurados por "abuso sexual agravado" que duró dos jornadas: la mujer no estuvo durante la lectura del veredicto.
Para el abogado de los ahora inocentes “todo fue consentido y quedó probado. La única evidencia de la acusación fue el testimonio de la víctima. Ni siquiera hubo pericia psiquiátrica, no fue atendida por un médico, tuvo serias inconsistencias durante su relato. El jurado comprendió que fue una falsa denuncia“.
Almeyra, que durante el juicio ejerció la defensa con los abogados Lucas de Angel, Anabella Sandoval, José Elizalde y Jéssica Rebollo, consideró como móvil de la falsa denuncia: “Ella quiso ocultar su infidelidad y dijo que fue abusada. Todos los de la empresa vieron cómo se fue con los chicos, y se quiso cubrir con su pareja, que trabajaba con ellos”.
Y el letrado concluyó sobre lo sucedido: “Aportamos a que el paradigma instalado por algunos sectores sociales, que pretenden condenar con el solo testimonio de una denunciante, se empiece a romper y a caer, a la luz de principios del derecho, pero sobre todo del sentido común. Los dos pibes enfrentaban una pena de 8 a 20 años de prisión y durante dos años sufrieron un calvario, teniendo que soportar el peso de la persecución del estado. Lo importante es que decidió un jurado popular absolutamente imparcial”.