Sociedad
05/12/2025 - Edición Nº379
Junín
Ferroaficionados
Ferroclub Junín: amor por el tren y trabajo voluntario en Agustín Roca
24/08/2025 10:00 | Entre desmalezamiento, limpieza de vías y recorridos con una “zorra”, los integrantes del club preservan la infraestructura ferroviaria, y encuentran en esta actividad un espacio de camaradería y pasión compartida.
por Agustín Panizza
Cada fin de semana, en la localidad de Agustín Roca, partido de Junín, un grupo de ferroaficionados se reúne para mantener viva la memoria del tren que ya no pasa más por esa localidad turística desde hace muchos años.
Entre desmalezamiento, limpieza de vías y recorridos con una “zorra”, los integrantes del Ferroclub Junín preservan la infraestructura ferroviaria, y encuentran en esta actividad un espacio de camaradería y pasión compartida.
José Luis Chaves, uno de los integrantes del club, recordó los comienzos en una entrevista con El Diario del Lunes: “Yo estoy del año 2015, pero el Ferroclub en sí arranca en abril de 2010. Era un grupo de amigos que se juntaron para, digamos, adentrarse en una aventura: limpiar una vía y andar en una zorra".
"Cuando yo llegué estaban todavía los originales, como Silvio Funes y Néstor Scollo, que siguen hoy. Tenemos un lugar en la estación y una zorrita. La idea siempre fue mantener limpia la traza, operativa, para que lo poco que queda no se termine robando”, explicó.
El tramo que conservan hoy es limitado, ya que la vía es concesionada por NCA, que solo mantiene activo los trenes hasta Rojas, dejando abandonado el resto hacia Junín. “Nuestro trabajo es ad honorem. No es para cualquiera, porque mucha gente viene un día a trabajar y no vuelve más. Siempre somos los mismos”, contó Chaves.
El trabajo del club
Los fines de semana son días de actividad: cortar pasto, limpiar la vía y mantener las instalaciones. “Más que nada mantenemos la vía y cortamos el pasto. También compartimos un asado; es como una familia”, describió.
El club no cuenta con grandes recursos: “Somos solo dos personas operativamente, junto a Pedro Funes, así que hay cosas que nos limitan. No tenemos medios para grandes obras, pero tratamos de que la memoria del tren subsista, crear conciencia. Y si alguien quiere acercarse, bienvenido; no tenemos problema en que venga a tomar mate con su familia y compartir un momento”.
La zorra y los recorridos
Chávez explicó cómo funcionan los viajes en la zorra: “Hoy estamos muy limitados al tramo de Agustín Roca. En otro momento llegamos a casi ocho kilómetros hacia Rafael Obligado. Después perdimos la zorra que teníamos y vino la pandemia. Actualmente usamos otra zorra que nos dieron en consignación, restaurada por Néstor Scollo. La mantenemos, pero algún día tendremos que devolverla. No es nuestra”.
El Ferroclub no cuenta con subsidios ni aportes externos. Todo es financiado por los mismos miembros, desde la nafta hasta los elementos de mantenimiento. “Por Facebook, la gente nos ofrece ayuda, y bienvenido sea. Pero no somos empleados del ferrocarril, somos ferroaficionados, asociación civil sin fines de lucro. Todo es trabajo voluntario y amor por el ferrocarril”, aclaró.
Una pasión que viene de la infancia
La pasión de Chaves por el tren comenzó de chico en Bayauca, un pueblo a 50 kilómetros de Junín. “Mi abuelo fue ferroviario, y me permitía subir a las zorritas; no me quería bajar más”, recordó.
“Después me olvidé un poco del ferrocarril, pero volví a conectarme trabajando de remisero, transportando conductores del tren. Quise ser ferroviario, pero hoy es difícil. No me dio la oportunidad, pero mi pasión quedó intacta”, expresó.
Más que un hobby: preservar la historia
El Ferroclub Junín también se preocupa por transmitir la pasión y la historia ferroviaria a los más jóvenes. “Hacemos esto sin esperar nada a cambio. Es satisfacción propia: uno dice ‘estuve acá, pinté una señal, mantuve algo’. Tal vez algún niño descubra el tren por nosotros”.
Sobre la idea de un tren turístico entre Junín y Roca, comentó: “Hubo muchas promesas políticas, pero sin continuidad. Para mí, hay que pensar proyectos que duren 15 o 20 años, no para la próxima elección”.
Historias sobre rieles y encuentros intergeneracionales
El club es también un lugar de encuentro entre generaciones. “Tenemos un hombre jubilado, Don Bruno, que tiene más de noventa años. Escucharlo es un viaje en el tiempo. La historia está viva ahí”, destacó Chaves.
Para él, el Ferroclub es más que limpiar vías o andar en la zorra: “Es una familia, es hacer algo que te traspasa, compartir con otros, y mantener viva la historia. Cada encuentro es un cable a tierra, un momento de pasión por los trenes, y una forma de dejar algo para quienes vendrán después”, concluyó.
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