08/12/2025 - Edición Nº382

Junín

sobre ruedas

La historia del juninense que cumplió el sueño de tener una Ford F100 y se volvió viral

19/10/2025 10:09 | Emprendedor, padre y soñador, logró cumplir uno de los anhelos más grandes de su vida: comprarse la camioneta que lo había deslumbrado desde su infancia.


por Agustín Panizza


Alexander Poblete tiene 28 años y una historia que resume el espíritu de esfuerzo y perseverancia que define a muchos juninenses. Emprendedor, padre y soñador, logró cumplir uno de los anhelos más grandes de su vida: comprarse una Ford F100 modelo 1979, la camioneta que lo había deslumbrado desde su infancia.

“Siempre quise una F100. De chico mi viejo trabajaba en el campo y me llevaban en una. Quedó algo pendiente, era un sueño que siempre tuve. Y un día dije: ‘la voy a tener’”, cuenta Alexander, dueño de Envíos Flash, una empresa de envíos y deliveries que creó hace casi seis años y que hoy da trabajo a 17 personas.

Con esfuerzo, varios oficios en simultáneo —desde reparar celulares hasta hacer sublimaciones e impresiones—, y el respaldo de su familia, Alexander comenzó a ahorrar. “Gracias a Dios tengo un trabajo fijo con Flash. Fui guardando día tras día, y con un préstamo también pude completar lo que faltaba”, recordó.

La búsqueda de la camioneta no fue sencilla. Pasó horas revisando publicaciones en redes, consultando precios y modelos en distintos puntos del país: “Veía camionetas en Pergamino, Chivilcoy, Chacabuco, Mendoza, San Luis, Villa Mercedes… por todos lados. Hasta que llegué a dos opciones: una en Mendoza y otra en San Luis. Estaba decidido a viajar en colectivo, con la plata encima, para traerme la chata andando”.

Pero el sueño casi se convierte en pesadilla. “Menos mal que me di cuenta a tiempo —relata—. Eran presos, internos, que me querían estafar. Si me agarraban, me moría. Todo el esfuerzo se iba a la basura. Por suerte no se dio, y entendí que por algo pasan las cosas”.

Finalmente, la oportunidad apareció en Junín. “Hablé con un muchacho de acá, negociamos, y se dio. La fui a ver, estaba hermosa. Una F100 modelo ‘79, impecable, titular. Tenía algún detalle lógico por los años, pero nada más. Cuando la vi, supe que era esa”, dijo.

El día que la fue a buscar fue tan accidentado como inolvidable. “Tenía la moto pinchada, la bici también. Agarré la de mi señora, una mochila, la plata y salí. Hicimos los papeles, contaron el dinero, y te juro que era para grabarlo. Todo lo que me pasaba parecía parte de una película”, expresó.

Y eso hizo: grabó el momento en que iba a comprar la camioneta, pedaleando por las calles de Junín, y lo compartió en Instagram. Lo que no imaginaba era lo que vendría después.

“Subí el video y pensé que me iban a matar por subir una camioneta vieja. Pero no. Fue una locura. No paro de recibir mensajes y notificaciones. Hay gente que se emocionó, que me contó que aprendió a manejar en una igual, o que tenía una con su familia. Me sorprendió la cantidad de gente buena que hay”, comentó emocionado.

Los sueños están para cumplirse 

El reel, donde se lo ve pedaleando hacia su sueño, se viralizó rápidamente y recibió miles de comentarios alentadores. Alexander decidió compartir desde entonces cada paso del proceso: la restauración, las mejoras y los momentos con su hijo Nazareno, de cinco años.

“En cada cosa que le hago a la chata, lo llevo conmigo. Desde pegar una calco hasta cambiarle las luces o las cubiertas. Son recuerdos que le van a quedar. Y también quiero que vea que los sueños se cumplen, que no importa lo que cueste, con trabajo se puede”, afirmó.

Hoy, la F100 ya está a su nombre, con seguro, cubiertas nuevas y todo en regla. “Le estoy haciendo el tren delantero, los frenos, quiero que esté perfecta, pero siempre manteniendo la originalidad. Disfruto el proceso y lo comparto con la gente que se alegra conmigo. Hay muchos fierreros que me siguen y eso me motiva”.

Con la sencillez de quien sabe lo que costó llegar, Alexander resume su historia con una sonrisa: “Yo siendo delivery, siendo un emprendedor, llegar a comprarme algo por mérito propio es muy satisfactorio. Los sueños están para cumplirse. Hay que trabajarlos y no soltarlos”.

Y quizás por eso, cada vez que maneja su Ford F100 por las calles de Junín, el motor no solo ruge: late el orgullo de un sueño cumplido.