El Gobierno nacional acelera su ambiciosa agenda de privatizaciones, buscando aprovechar el impulso reciente para concretar el traspaso de activos estratégicos de transporte y energía a manos privadas.
Con la mira puesta en las próximas semanas, la administración de Javier Milei tiene como primeros pasos concretos en noviembre las licitaciones de rutas y cuatro importantes represas hidroeléctricas, mientras define los detalles para enviar al nuevo Congreso el listado de empresas que podrían ser privatizadas en una segunda etapa de gestión.
El listado de las firmas que pueden pasar a manos privadas, total o parcialmente, en el segundo tramo de gestión de Javier Milei ya empieza a esbozarse en los despachos oficiales y se enviará al nuevo Parlamento en los próximos meses. Mientras diseña el siguiente capítulo del retiro estatal en las compañías, el Ejecutivo buscará en las próximas semanas dar señales claras de que el proceso privatizador se pone en marcha y que no se detendrá.
En el Ministerio de Economía y la Agencia de Transformación de las Empresas Públicas pulen los detalles finales para revelar qué empresa se quedará con la llamada ruta del Mercosur. Para esta ruta, la primera que concesiona la gestión Milei, se presentaron siete ofertas.
El ministro de Economía, Luis Caputo, expresó al difundirse los interesados que “el sector privado invertirá, hará obras y administrará con más eficiencia mejores rutas”. Se espera que la preadjudicación se otorgue a más tardar en las próximas dos semanas.
Además, el viernes 7 se conocerán las ofertas para la reprivatización de cuatro represas hidroeléctricas clave, por las que el Gobierno busca recaudar entre US$500 millones y US$700 millones.
La apertura estaba programada para días antes de las elecciones, pero se extendió ante el pedido de los interesados. Según fuentes del mercado, los cuatro actuales operadores, que son AES Argentina (Alicurá), Enel (El Chocón y Arroyito), Central Puerto (Piedra del Águila) y Orazul (Cerros Colorados), presentarán ofertas para quedarse con la represa que tienen a cargo y tal vez para alguna de las otras.
Para lo que resta de 2025, el Gobierno busca lanzar la segunda etapa de licitaciones para rutas nacionales que controla Corredores Viales. El proceso busca entregar el manejo de más de 4400 kilómetros de los ocho tramos que incluyen las autopistas Riccheri, Ezeiza-Cañuelas, y Newbery; las rutas nacionales 3, 5 y 7; así como los trazados que dan acceso a los puertos del Paraná. La etapa tres, donde se destaca la ruta 9, quedaría para salir a licitación en los primeros meses de 2026.
Hay otras cuatro firmas en la mira oficial para que este año al menos se siente el precedente de sin marcha atrás. En Enarsa, el proceso privatizador se definió que se venderá “por unidades” y primero será el turno de las represas del Comahue.
En paralelo, el Gobierno trabaja en los documentos para poner a la venta antes de febrero las acciones en poder del Estado de la principal transportista de energía eléctrica del país, Transener. En AYSA, se está en proceso de valuación de la firma que provee de agua y cloacas al AMBA, un paso indispensable para avanzar hacia la venta de la mayoría de las acciones en la Bolsa. El llamado a licitación de Belgrano Cargas se efectuaría entre fines de noviembre y principios de diciembre.
Finalmente, los nuevos pliegos para operar la Hidrovía, clave para las exportaciones del agro, estarían listos para licitarla hacia fines de diciembre, y la privatización parcial de Nucleoeléctrica podría acelerarse hacia fin de año o principios de 2026.
Si bien la efectiva privatización de la mayoría de las firmas que fueron autorizadas por la Ley Bases y lanzadas formalmente este año quedarán para el primer tramo de 2026, el Gobierno ya tiene en carpeta los pasos a seguir para “quitar al Estado de la economía”, como suelen enfatizar los libertarios. En ese marco, aparecen varias, como Arsat, y también figuran empresas que quedaron fuera de la ley sancionada por el Congreso en julio de 2024, como Correo Argentino y Aerolíneas Argentinas.
A casi dos años de la asunción de Javier Milei como presidente, las rutas nacionales del país muestran signos evidentes de abandono.
La falta de mantenimiento en la calzada, con aparición de nuevos baches y demarcaciones desgastadas, sumada a la paralización de obras viales clave, como la de la autopista de Ruta 7, han convertido a la infraestructura vial en un serio problema para los conductores.

El estado de las rutas nacionales en el noroeste bonaerense es alarmante. Desde hace un año no se realizan tareas de bacheo ni repintado de la calzada en la 7 o 188, lo que compromete la seguridad de quienes transitan diariamente por estos caminos.
Las quejas de transportistas, automovilistas y vecinos de la región son constantes, denunciando el deterioro progresivo de las rutas y el incremento del riesgo de accidentes, mientras se sigue cobrando los peajes.
Cabe recordar que la obra de la variante de Chacabuco de la autopista de Ruta 7, de 23 kilómetros, había estado paralizada durante más de dos años, entre diciembre de 2018 y el 4 de enero de 2021. El proyecto consiste en la construcción de una autopista semiurbana, con dos carriles por mano, entre el Acceso Este a Chacabuco (km. 196) y el Acceso Oeste (km. 219), además de cinco puentes distribuidores.
Según habían informado de Obras Públicas, la obra (que estuvo paralizada con el 8 por ciento) posee un avance de más del 75 por ciento (con una primera capa de asfalto) y se estimaba que esté finalizada en el primer semestre de 2024.

Los intercambiadores vehiculares se encuentran ubicados en el kilómetro 196, donde inicia el bypass; a la altura de Cucha Cucha (km. 200,8); del cruce con la Ruta Provincial 30 (km. 205,2); del cruce con el ferrocarril San Martín (km. 209,5) y en el kilómetro 219.
Es importante mencionar que en el cruce de la Ruta 30 y la futura variante, se construyó un desvío provisorio para poder construir el distribuidor, ya que la calzada provincial se eleva por sobre la autopista.
Respecto a las capas de pavimento, que conforman el paquete estructural, se encuentran: subrasante tratada con cal en 30 centímetros de espesor; sub base de suelo de cal en 30 centímetros de espesor; base de estabilizado granular en 20 centímetros de espesor; base Inferior de concreto asfáltico con asfalto convencional en 9 centímetros de espesor; base superior de concreto asfáltico con asfalto modificado en 7 cm de espesor; y carpeta de rodamiento de microconcreto asfáltico en caliente tipo MAC F10 con AM3 en 3 centímetros de espesor.
“Falta ejecutar una nueva carpeta asfáltica, los guardarrailflexbeam, la demarcación, cartelería e iluminación”, habían informado desde Vialidad Nacional.
A principios de noviembre de 2023, el Ministerio de Obras Públicas avanzaba con las obras de transformación en autopista de la Ruta 7, entre Chacabuco y Carmen de Areco, donde ya se había intervenido cerca de la mitad de dicho tramo en poco más de un año.
Según habían informado de Vialidad, se trabajaba en el movimiento de suelo para los terraplenes a la altura del kilómetro 180. Además, se ejecutaban las bases de la calzada y el hormigón en plateas, tabiques y losas de las alcantarillas a lo largo del tramo de 55 kilómetros.