El Municipio celebró el cierre anual de los talleres del CIC

El polideportivo Ángel Firpo fue el escenario elegido para celebrar el cierre anual de los talleres y actividades desarrollados en el Centro Integrador Comunitario (CIC) del Cuadrante Noroeste.

El espacio, ubicado en Avenida Pastor Bauman y Chávez, volvió a consolidarse a lo largo del año como un punto clave para la formación, la integración social y el acompañamiento comunitario de cientos de vecinos.

La jornada reunió a familias, instructores, instituciones y equipos municipales, que acompañaron una muestra final donde se exhibieron producciones y aprendizajes de los distintos talleres. La propuesta reflejó el crecimiento de un espacio que ya forma parte de la identidad barrial y que sostiene trayectos formativos con salida laboral, especialmente destinados a mujeres, jóvenes y adultos.

Gestión territorial y articulación institucional

Desde la Secretaría de Desarrollo Humano destacaron el trabajo articulado con el Centro de Formación Profesional (CFP), áreas municipales e instituciones que acompañaron cada iniciativa. Este modelo permitió fortalecer capacitaciones en oficios, economía familiar, creatividad, educación financiera, manipulación de alimentos y propuestas específicas para la niñez.

Marisa Ferrari, coordinadora del CIC, definió el cierre como “un momento de celebración y valoración del trabajo sostenido durante todo el año”. En ese sentido, resaltó la incorporación de una feria que permitió a los alumnos mostrar y comercializar sus producciones: “Este paso fue clave para que quienes se formaron en oficios pudieran animarse a proyectarse hacia ferias mayores de la ciudad y fortalecer su autonomía laboral”.

Asimismo, subrayó que el CIC “es un espacio que acompaña procesos sociales, educativos y de salud junto a distintas áreas municipales”, consolidando una red comunitaria que supera los límites de cada taller.

El valor social del CIC y nuevas oportunidades laborales

La directora de Desarrollo Humano, Marlene De Carlo, remarcó el rol del CIC como espacio estratégico para acercar propuestas formativas a diversos barrios: “Se desarrollaron trayectos como panificados, manicura y otros oficios que tuvieron gran convocatoria, generando nuevas oportunidades para las familias”.

También destacó los espacios destinados a la niñez, como el taller de dibujo y el de cocineritos, que promovieron creatividad, educación alimentaria y participación infantil.

De Carlo subrayó que esta articulación “no se limita a la oferta de talleres, sino que amplía el acompañamiento a distintas dimensiones de la vida comunitaria”, con el trabajo de Educación, Salud, Centro CONIN, Servicio Local y áreas vinculadas a la temática de violencia.

Cercanía del Estado y políticas públicas con impacto inmediato

Por su parte, la secretaria de Desarrollo Humano, Melina Fiel, señaló que la masiva participación en el cierre es una muestra del vínculo que el Municipio sostiene con los vecinos del Cuadrante Noroeste: “Este es un espacio que reúne servicios fundamentales, como salud, niñez y acompañamiento social. La proximidad facilita intervenciones más rápidas y efectivas”.

Respecto a los talleres, Fiel destacó que representan una política pública orientada a brindar herramientas concretas para el trabajo en un contexto socioeconómico complejo: “Las propuestas, como manicura, armado de bolsos o creación textil, permiten aprender un oficio con salida laboral inmediata. Muchas mujeres encontraron en estos cursos un camino para emprender y generar ingresos”.

La funcionaria afirmó que esta metodología de trabajo —centrada en la escucha y la cercanía— continuará fortaleciéndose, porque “el trabajo en equipo transforma realidades y construye comunidad”.

Testimonios que reflejan impacto y crecimiento

La directora del CFP 401, Mariana Alcántara, celebró el incremento en el número de egresados e inscriptos: “La concurrencia del cierre es una muestra concreta del valor social del trabajo conjunto”.

Los vecinos también compartieron su experiencia.

Romina Olguín, egresada de talleres gastronómicos, contó: “Aprendí muchísimo y ya estoy haciendo mis propias creaciones para emprender, eso me genera un ingreso económico”.

Lorena, del curso de bolsos y mochilas, destacó el espíritu colectivo: “El CIC brinda oportunidades reales. Además, me llevo amigas”.

Hugo Jiménez, alumno de manicura, valoró la oportunidad: “Esto me abrió nuevas posibilidades en el ámbito laboral. Ahora a trabajar”.

Las instructoras también hicieron su evaluación del año.

Mabel Carral, del curso de manicura, celebró los tres años consecutivos de la propuesta y la alta demanda.

Pilar Núñez, del área gastronómica, destacó que muchas alumnas ya son feriantes y mejoraron sus emprendimientos.

Cynthia Belén, instructora textil, subrayó la diversidad y la calidad de los trabajos: “Es muy importante contar con estos espacios donde se construye aprendizaje desde la diversidad y el trabajo colectivo”.