Durante la madrugada del lunes, la formación de larga distancia que une Capital Federal con Bragado volvió a enfrentar serios inconvenientes operativos. La máquina titular sufrió un desperfecto por “consumo de agua”, lo que impidió su puesta en marcha por seguridad.
Como consecuencia, la locomotora auxiliar quedó al frente de la formación, pero también terminó averiándose en Chivilcoy, lo que agravó la situación y derivó en demoras que superaron las 12 horas, afectando a pasajeras y pasajeros.
A partir de este episodio, el secretario general de la Unión Ferroviaria, Silvano López, analizó la realidad del servicio y remarcó que estas fallas no son casos aislados, sino parte de un deterioro más profundo. Destacó el esfuerzo de los trabajadores ferroviarios para sostener el servicio, aunque subrayó que la logística y el mantenimiento cuentan con limitaciones significativas.
“El taller que interviene estas locomotoras está en Haedo. Cuando la locomotora de auxilio que queda en Chivilcoy también falla, hay que esperar otra máquina desde Haedo, lo que alarga los tiempos de respuesta”, explicó López.
El dirigente recordó que, pese a la declaración de emergencia ferroviaria tras el accidente de Palermo, las inversiones se concentraron en señalamiento y comunicaciones en esa zona, sin mejoras evidentes en el ramal hacia Bragado.
“El ferrocarril está con muy poca inversión”, afirmó, mencionando además el mal estado de las vías y la falta de mantenimiento de los pastizales, tareas que recaen sobre el propio personal de vía y obra.
Fuente: La Razón de Chivilcoy.