19/06/2025 - Edición Nº210

Opinión

Tribuna del lector

El valor de conocer quiénes somos

25/05/2025 11:57 |


por Enzo Galimberti


A mi entender, la historia es exquisita. Me encanta aprender de ella, y por razones muy sencillas. Una de ellas es que conocer la historia nos permite comprender el presente. Otra, es que al entender lo que pasó, podemos evitar repetir errores y, a la vez, ver el mundo desde nuevas perspectivas.

Creo que nadie puede desarrollarse plenamente en una sociedad si no tiene identidad, del mismo modo en que no creo que un país pueda establecer relaciones internacionales sólidas sin preservar su identidad nacional. Por esta razón, nuestro sistema educativo debería brindar herramientas concretas tanto a docentes como a estudiantes para que se profundice el conocimiento sobre nuestras fechas patrias.

Hoy en día, hay mucho desconocimiento al respecto. A muchas personas les interesa más viajar, salir a pasear o reunirse a comer un asado porque es feriado, que saber realmente por qué es feriado. Por eso, es fundamental reforzar los valores de la Nación, su origen revolucionario, su historia y todo lo que ocurrió entre el 18 y el 25 de mayo de 1810, una semana que culminó en aquel lluvioso viernes 25 en el Cabildo. Ese día nació el Primer Gobierno Patrio, elegido por la voluntad popular con el objetivo de ser independientes y capaces de administrar nuestra vida sin depender de las decisiones de un monarca.

Actualmente, algunos intelectuales sostienen que la Revolución de Mayo fue un movimiento porteño más que nacional. Otros le niegan un verdadero arraigo soberano, argumentando que sus protagonistas eran una élite y que se trató, en realidad, de un “golpe de Estado” impulsado por los poderosos de la época. Desde el marxismo, se le resta importancia alegando que la Primera Junta no transformó las relaciones sociales de fondo. Incluso hay quienes, desde los cafés de las esquinas, aseguran que si la Revolución no se hubiese concretado, hoy Argentina sería como Australia: un país con un sistema político democrático liberal, que aún mantiene su monarquía dentro de la Comunidad Británica de Naciones.

Como se ve, hay muchas interpretaciones. Por eso, quiero expresar la mía: la Revolución de Mayo fue una revolución política, social y económica.

Revolución Política, porque se derrocó un régimen monárquico, autocrático y burocrático. El virrey era el "segundo yo" del rey, y su destitución abrió paso a un proceso de construcción republicana que no tendría marcha atrás.

Revolución Social, porque los criollos desplazaron a los españoles peninsulares de los principales cargos de poder, incluso los eclesiásticos; porque se abolió el tributo indígena y se estableció la libertad de vientres, comenzando así el camino hacia el fin del esclavismo.

Revolución Económica, ya que se abrió el libre comercio, dando fin a tres siglos de un modelo colonial asfixiante basado en la sujeción económica.

La Primera Junta formó parte de un fenómeno continental que, inspirado en las ideas liberales y republicanas nacidas en Francia y Estados Unidos, impulsó transformaciones fundamentales que culminarían en la independencia de Hispanoamérica. Un proceso que, con avances y retrocesos, no se cerraría hasta la independencia de Cuba a fines del siglo XIX. En pocas palabras, nuestra revolución se anticipó por casi 150 años a la independencia de la mayoría de los países de Asia y África.

Esa rica lucha por la soberanía tuvo tal fuerza, que incluso hoy América es el único continente sin reyes ni monarquías activas, mientras otras regiones del mundo aún conservan esos sistemas.